domingo, 8 de mayo de 2011

EVOLUCIÓN DE LA PENA DE MUERTE:


Mucha gente piensa continuamente en este irreversible castigo. Pero no todos piensan igual. Por esta razón es un tema que, incluso en la actualidad, conlleva debatir. Los aspectos religiosos también están implicados, ya que desde la religión la vida está vista desde otro punto.

Al largo de la historia, la pena de muerte ha sufrido un proceso de evolución, independientemente de las opiniones de la gente respecto a si ha cambiado para bien o si, en cambio, ha sido para mal, la evolución sigue existiendo. La iglesia la rechazó alrededor del siglo XI. En en el siglo XVIII se empezó a imponer en algunos países.
En 1962 se condenó a pena de muerte a alguien por última vez.

Así mismo, en España, la abolición de la pena de muerte surgió en 1978, junto con la constitución. Aquí queda demostrado:
El Artículo 15 de la Constitución establece:
"Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra."
 

En la actualidad, a pesar de que la Iglesia siga teniendo una importancia elevada en la vida de las personas, la secularización ha conllevado que las personas vivan ya una religión más privada, y por lo tanto, una relación directa con Dios. Esto conlleva que el juicio ético-moral, no lo pueden hacer las instituciones de la Iglesia, sino Dios.
Aunque por otra parte, la posición de la iglesia no es del todo clara. Hay que apuntar, que hay una serie de valores cristianos que justifican la abolición. 
Existen diversas propuestas que pretenden mostrarnos la real pena de muerte con finalidad de abrir una reflexión sobre el mantenimiento de esta.
"La pena de muerte, que confunde abolición del delito con abolición del delincuente, no
me parece compatible con ninguna consideración profunda de los derechos fundamentales, el primero de los cuales es el derecho a la vida." (Fernando Savater, El País).
"El fundamento moral sobre el que se ha de edificar la sociedad es el de que el asesinato, no importa por parte de quién ni en qué circunstancias, es intolerable. Y esto incluye al gobierno." (Helen Prejean, “Pena de muerte”, Ediciones B, 1996).

Así como la esclavitud, la pena de muerte, claramente irreversible, se puede también abolir en todo el mundo. Para conseguirlo hay que sensibilizar e implicar a la gente joven.

Aunque mucha gente cree que el índice de delitos graves disminuiría si se implantase la pena de muerte, se podría establecer la siguiente pregunta: ¿Aumentaría la delincuencia si se aboliese la pena de muerte? Individualmente podemos respondernos a esta pregunta, aunque solo con utilizar la lógica, la mayor parte de la gente optaría por un sí. Claro, si ya teniendo tal castigo hay gente que  sigue delinquiendo, con la abolición de tal condena, lo más normal es pensar que aumentaría el número de delincuentes.

Essat A. Fattah descubrió que cada año cambiaba el número de delitos, y el aumento de asesinatos era menor que el aumento de otros delitos.

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